A partir de los 17-18 años ya se tiene una madurez suficiente para iniciar una relación.
Salir con alguien que te atrae, de quien te enamoras, tiene el objetivo de conoceros mutuamente, de ver con paciencia si podéis construir un proyecto de vida juntos. La relación sexual, la entrega total de tu persona, será más segura cuando puedas asumir el compromiso total ante un proyecto de vida. Entregar la sexualidad a la persona amada es una de las entregas más personales y bellas que puede realizar un ser humano. Seguramente quieres acertar en tu decisión de a quién te entregas y que esa persona sea quien ha decidido seriamente compartir su vida contigo, con todo lo que ello implica.
Por esta razón muchas personas deciden esperar al matrimonio, momento en que un hombre y una mujer se comprometen públicamente, y ante la Iglesia si son creyentes, antes de tener relaciones sexuales. A pesar de que el ambiente no lo pone fácil, esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales es una gran oportunidad para crecer como persona y como pareja. Una de las situaciones que no facilita esperar al matrimonio antes de tener relaciones sexuales es que lo jóvenes actuales pasan muchos años juntos –demasiados–, antes de concretar su decisión de casarse. Esto puede ocurrir si empiezas demasiado pronto a salir con alguien como pareja.
Evidentemente es complicado recomendar una edad concreta para empezar a salir en pareja. Algunas personas han empezado muy pronto a salir y, tras muchos años de noviazgo, se han casado sin haber tenido relaciones sexuales antes. Sin embargo, la recomendación general es que esperes hasta cumplir 17-18 años porque estarás mejor preparado/a para elegir bien y para llevar una relación madura de amistad y de amor con esa persona. Cometerás menos errores derivados de la inmadurez y la falta de experiencia propia de la adolescencia. El noviazgo es tiempo necesario para quela pareja se conozca mejor, para saber si lo que sientes es amor verdadero o un simple enamoramiento fugaz. El noviazgo da una oportunidad para enfrentar asuntos clave, como la confianza, la honestidad y la habilidad de resolver conflictos de pareja. Su objetivo es llegar finalmente a una relación permanente que puede derivar en la unión libre o en el matrimonio, según como lo decida la pareja.
Los novios no deben perder de vista que entre los principales objetivos de esta etapa, está el prepararse, confirmar y formalizar su decisión de casarse o de unirse de manera libre. Las dificultades y los malos entendidos en el noviazgo no son necesariamente malos. Los conflictos pueden utilizarse para producir efectos positivos, ya que son los medios por los que la pareja procura resolver las diferencias con el aumento de intimidad y al conocer más las necesidades mutuas. Debemos estar atentos para detectar y observar si esos conflictos son más numerosos y si duran más que los momentos de felicidad; cuando quedan sin resolver y se tornan cada vez más dolorosos, entonces tal vez ha llegado el momento de preguntarse ¿vale la pena continuar con el noviazgo?
Los conflictos, como ya lo dije, nos indican las necesidades de un mayor desarrollo de ciertos aspectos de la personalidad y que tal vez ninguno de los integrantes de la pareja está listo para una relación formal.
Fuente: Artículos ABC / Noviazgo en la adolescencia Fotos: Internet
Comments