La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Está compuesta por tres capas diferentes:
Epidermis: es la capa externa, que constituye la verdadera cubierta de protección contra influencias ambientales como las toxinas, las bacterias y la pérdida de fluidos.
Dermis: diez veces más gruesa que la epidermis, es el tejido de sostén de la piel y responsable de su elasticidad y fortaleza.
Hipodermis: es la capa más interna, y protege el tejido muscular absorbiendo los impactos gracias a las aglomeraciones en forma de ‘almohadilla’ de unas células de grasa llamadas adipocitos. Éstas también aíslan el cuerpo del frío y del calor, y almacenan importantes nutrientes.
No sólo es importante cuidar nuestra piel por razones de estética. Entre otras funciones, este órgano:
Proporciona una barrera frente a los productos químicos nocivos, el calor y el frío, los microorganismos dañinos y las radiaciones solares.
Nos ayuda a mantener el balance hídrico del organismo.
Es el encargado de la correcta percepción del tacto, la presión, la temperatura y el dolor, a través de sus receptores.
El tipo de piel de cada persona está determinado, sobre todo, por el tipo de fluido que las glándulas sudoríparas y sebáceas que la componen segregan para mantenerla húmeda.
Si esta secreción es más bien acuosa, estaremos hablando de una piel seca o normal.
Si es oleosa, se tratará de una piel grasa.
Cuando hay un equilibrio en estos fluidos, se habla de piel mixta.
Cada uno de estos tipos de piel requiere de unos cuidados específicos. También la edad, el sexo, los factores ambientales y la fisiología de cada persona resultan factores determinantes para decantarse por un tipo de productos o tratamientos cosméticos.
Además, ante problemáticas como el acné, la hipersensibilidad, el envejecimiento o patologías como la atopia, estos cuidados deben ampliarse. Anualmente, se realizan en las farmacias españolas diez millones de consultas sobre los cuidados de la piel. Acudir a ellas nos será de gran ayuda para un correcto cuidado de la piel.
Consejos para el cuidado de la piel:
La alimentaciones un factor determinante para mantener una piel saludable, lo que ingerimos se refleja en nuestra piel.
La limpieza es fundamental, es importante lavar la cara dos veces al día.
Cuida que los productos que utilices sean de acuerdo a tu tipo de piel.
Mantenerse hidratado ayuda a que la piel este radiante y limpia.
El uso de protector solar es imprescindible todos los días.
Por: Zaira Flores
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