Cada día entramos en contacto con opciones que nos ofrecen combatir a la obesidad y que tienen gran éxito en un mundo que vive con la epidemia de la obesidad. Muchas de estas estrategias consisten en lograr cambios de dieta e implementación de rutinas deportivas.
Cada día entramos en contacto con opciones que nos ofrecen combatir a la obesidad y que tienen gran éxito en un mundo que vive con la epidemia de la obesidad. Muchas de estas estrategias consisten en lograr cambios de dieta e implementación de rutinas deportivas. Miles de millones de dólares se gastan cada año en estos programas en todo el mundo y cada día surgen nuevas alternativas. Entonces, ¿por qué no se logra el objetivo deseado de forma definitiva? En la mayoría de los casos se debe simplemente a que estos programas crean una codependencia entre el cliente y el proveedor del servicio. El resultado es que una vez que se consigue el objetivo, la relación termina y el cliente regresa a su estado inicial. Suele pasar que estos clientes necesitan una relación o estar en contacto con alguien a quien consieran bueno, un apoyo y que les prestará la atención que no obtienen dentro de su círculo cercano. Muchas de estas personas solo pueden encontrar el cuidado y las atenciones que requieren a través de estos servicios. Esto ocasiona una falsa calma y un aumento de autoestima durante cortos períodos de tiempo.
La causa real de la obesidad
Todos hemos experimentado o estado cerca de alguien que ha seguido una de estas estrategias para bajar de peso y que al poco tiempo regresa a su peso o gana más kilos de los que perdió. Usualmente criticamos o nos preguntamos la razón por la que esto sucede. Para entender la situación debemos entender que la obesidad no es únicamente un fenómeno físico, sino que en muchos casos tiene su origen en problemas emocionales. Salvo por aquellos casos en que existe una enfermedad o tratamiento médico que ocasiona obesidad, la mayoría de las veces es resultado del mal manejo de las emociones. Puede sonar raro o difícil de creer en un primer momento pero si lo pensamos bien nos daremos cuenta de que la gran mayoría de los obesos tratan de suplir alguna necesidad o solucionar algún problema a través de la comida. A veces podemos encontrar personas que aseguran estar totalmente satisfechas con su cuerpo y su peso. Aunque esto puede ser cierto, también hay personas que calman sentimientos de tristeza, frustraciones, miedos o traumas con comida.
El plan que sí funciona
Para lograr que una dieta sea realmente eficaz y no se regrese al punto inicial es importante que se atienda a la alimentación, el ejercicio y las emociones más profundas en conjunto. Aquellas que ocasionan conductas de autosaboteo que llevan a la obesidad. Por este motivo se deben buscar programas en los que la terapia psicológica sea parte del proceso. Actualmente existen programas de coaching bastante completos para lograr este objetivo que se deben elegir en lugar de las llamadas “dietas milagro”. Si no se puede acceder a uno de estas asesorías se puede buscar la atención de un psicólogo.
La alimentación saludable permite tener una mejor calidad de vida en todas las edades. La salud depende de nuestros hábitos, nuestro comportamiento, nuestra alimentación, nuestro nivel de actividad física y el ambiente en el que vivimos. Nuestra genética no es modificable.
Fuente: Psic. Sergio De Dios González Fotos: Internet
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