Quizá alguna vez hayas escuchado esa frase tan popular de “un clavo saca otro clavo”, en ocasiones, asociado con la ruptura de una relación sentimental, quien se la hayas dicho a alguien qué pasó por ese trance o igual te la han dicho a ti por el mismo motivo.
Nada más falso que esperar a que ello suceda. En realidad, cuando se da por terminada una relación, cuyo periodo de duelo puede durar tanto como la persona decida salir de ese estado, pues no hay un tiempo estimado que diga el tiempo que debe transcurrir. Es normal que las amistades más cercanas o la familia misma, dependiendo del estado de ánimo que noten en quién está pasando por esa etapa de ruptura, sean los primeros en acercarse y tratar de animar.
Sin embargo, en ocasiones en lugar de “ayudar”, terminan haciendo que te confundas más en tus sentimientos, te explico el porqué:
Ellos no están pasando por esa situación, por lo que desde fuera, sus opiniones de que le olvides, que hay más personas en el mundo, que un clavo saca otro clavo, no tendrán algún efecto en tus emociones o sentimientos.
Entre los recuerdos de lo bien que la pasaste con tu ex, con quien quizá sólo tiene un día o unas horas que rompiste la relación, es poco probable que hagas caso a esos “consejos”
Lo primordial en ese momento y lo más importante, es dejar pasar cierto tiempo en el cual puedas acomodar tus pensamientos; claro, nadie dijo que fuera fácil o vaya a suceder en un “tronar” de dedos. Es necesario que retomes un poco las actividades que quizá, por darle prioridad a tu relación, hiciste a un lado. Y sobre todo, hacerte responsable de lo que está sucediendo, ya que en muchas ocasiones, y muy de acuerdo por como haya terminado la relación (de forma pacífica o de forma explosiva y hasta agresiva), solemos echar culpas, señalar a la otra persona e incluso, hasta a los familiares, si se llegó a tener alguna relación con ellos. Es importante que seas tú quien reconozca la parte de las consecuencias que a ti te corresponden.
A fin de cuentas, fuiste tú quien decidió iniciar esa relación y aceptar las emociones, sentimientos, experiencia, dulzuras y amarguras que con ello trajo. Por tanto, cuando reconozcas y aceptes esa responsabilidad que te corresponde, es cuando empezarás a sentir que estás listo no para volver a amar o iniciar otra relación, sino para sanar esas heridas, y para ello, es muy importante que comiences por amarte, aceptar los errores cometidos en esa relación que ya fue y sobre todo no volver a repetirlos en relaciones futuras.
Para concluir, un clavo no saca otro clavo, lo saca el martillo que lo clavó, y ese martillo…eres tú.
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