En nuestra cultura no existe ninguna palabra que defina el significado de lo que en la cultura nipona representa el ikigai. Según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son conscientes de él, otros lo llevan dentro, pero todavía no son conscientes de este o incluso, puede que no lo alcancen nunca.
La sociedad actual nos bombardea con la cultura de lo material, lo positivo que resulta poseer más dinero, mejor coche o una lujosa vivienda; esto nos empuja a trabajar cada vez más duro para conseguir todos estos bienes pero también a olvidarnos de nosotros mismos, de nuestro bienestar interior. Por otro lado, los empleos son cada vez más precarios y en la mayoría de las ocasiones nos vemos en la obligación de aceptarlos, no por vocación sino por necesidad. Al final, esta situación se convierte en un círculo del que es muy difícil escapar y que además crea una gran insatisfacción en la personal. En el libro Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz, Hector García y Francesc Miralles han plasmado las experiencias vividas por los centenarios japoneses de la aldea de Ogami para un vida saludable y feliz. Además, describen algunas claves para que cada uno de nosotros busque en su interior el motivo de su existencia. De esta forma, se incrementará la autoestima y se empezará a ser consciente de aquellas actividades o formas de vida más placenteras que conducen a un estado de paz interior.
“La felicidad es el significado y el propósito de la vida, todo el objetivo y el fin de la existencia humana”. -Aristóteles-
Ikigai, la razón de vivir
La razón por la cual estos centenarios japoneses se levantan cada mañana es el fundamento o motivo legítimo que justifica el ser o existir. Para ellos no existe la palabra ni el concepto de jubilación, siguen llevando a cabo las mismas tareas hasta el fin de sus días ya que es una satisfacción hacer lo que les gusta por el bien de la comunidad. “El objetivo es identificar aquello en lo que cada uno de nosotros somos buenos, lo que nos da placer a la hora de realizarlo y que, además, nos hace conscientes de que aportamos algo al mundo. Cuando lo llevamos a cabo, tenemos más autoestima, porque sentimos que nuestra presencia en el mundo está justificada. La felicidad sería la consecuencia”, dice Miralles.
Estas son algunas claves que desvelan este misterio japonés para encontrar la felicidad:
Fomentar las relaciones sociales
Los mayores japoneses se ofrecen para colaborar con todo lo relacionado con su entorno, se sienten parte de la comunidad y útiles para la sociedad. Incentivar y promover las relaciones sociales es muy positivo para la calidad de vida. Cuando nos relacionamos, el estado de ánimo mejora y nos aporta grandes beneficios emocionales. Las relaciones ayudan a ser más independientes, resolutivos y a mejorar las capacidades cognitivas.
Alimentación saludable
El secreto de la alimentación de estos nipones se basa en tomar una gran variedad de alimentos en pequeños platos. Las frutas y verduras crudas son el fundamento de la dieta. Apenas toman azúcar de forma directa y si lo hacen, se trata de caña de azúcar, cultivada en sus propios campos. Ingieren menos calorías y para conseguirlo se rigen por el hara hachi bu, un principio que defiende que se debe dejar de comer cuando uno se encuentra al 80% de su capacidad estomacal.
Pensar en positivo
Los habitantes de Ogami llevan una vida libre de estrés y ansiedad, para ellos las prisas no existen. El optimismo y la sonrisa son las principales leyes que se recogen en las leyes del ikigai. Nuestras acciones están basadas en nuestros pensamientos. Si cambiamos la forma en la que pensamos, podemos comenzar a cambiar las decisiones que tomamos. El ser humano siempre busca el crecimiento personal, tanto física como emocionalmente. Practicar conversaciones internas positivas nos puede ayudar a llevar a cabo acciones que nos conduzcan a grandes logros.
Practicar ejercicio
Cada mañana practican ejercicio en grupo antes de empezar la rutina. Son ejercicios básicos que consisten en estirar los músculos y mover las articulaciones. El propósito de esta actividad física es el reforzamiento del espíritu de cooperación y unidad de todos los participantes.
“Muy poco se necesita para hacer una vida feliz; está todo dentro de ti mismo en tu forma de pensar”. -Marco Aurelio-
La búsqueda de nuestro ikigai puede ser larga y profunda, pero una vez hallado sentiremos que la felicidad nos invade porque hemos encontrado nuestra “razón de existir” que se apoya en cuatro pilares básicos: pasión, vocación, misión y profesión.
Fuente: Psic. María Prieto Fotos: Pinterest / Web / Archivo
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