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Foto del escritorLa Inigualable

Quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario

Antiguamente era común encontrar matrimonios con una diferencia de edades importante. Particularmente, de hombres muy mayores, con mujeres muy jóvenes.

Antiguamente era común encontrar matrimonios con una diferencia de edades importante. Particularmente, de hombres muy mayores, con mujeres muy jóvenes. Dichos matrimonios, en la mayoría de los casos, obedecían no solo a los valores de la época, sino también a convenios arreglados entre las familias de cada uno de los contrayentes. En muchos casos, de lo que se trataba era de mejorar la condición social y económica de quienes se casaban. El quererse venía con el tiempo. Sin embargo, en la época actual es común encontrar parejas en donde la diferencia de edad no solo es grande, sino que la ostentan indistintamente tanto el hombre como la mujer. Aunque sigue siendo más frecuente que el hombre sea el mayor, el porcentaje de parejas en las que la mujer es mayor va en aumento.

“El amor no acaba cuando llega la vejez, la vejez llega cuando acaba el amor” -Anónimo-

A pesar de que la sociedad en general cuenta con más elementos de análisis, libertad y derechos que antes, llama la atención que este tipo de relaciones sea observada con una actitud prejuiciosa. La aprehensión es menor en el caso de un hombre mayor con una mujer menor y mucho más notoria si se trata de una mujer mayor con un hombre joven.

Los estudios sobre quererse a diferentes edades

Algunos estudios afirman que la diferencia de edad ideal en una pareja es de cinco años, para que la relación se torne estable. A las parejas que, por el contrario, van ampliando esta diferencia, les auguran el fracaso y este aumenta en la medida en que la distancia de edad aumenta. Otros estudios, adelantados por grupos de investigadores que incluyen psicólogos, aseguran que las parejas en donde hay una diferencia de edad significativa, son el resultado de intentar llenar vacíos relacionados con carencias durante la niñez. Indican que en la base hay conflictos no resueltos, que tienen que ver con la figura paterna o materna según el tipo de pareja. Desde esa óptica, quererse como pareja en este caso es realmente imposible. De una u otra forma, en todas las relaciones de pareja entran en juego conflictos no resueltos. En cualquier caso, la unión de dos personas, sea cual sea su edad, obedece más bien a una necesidad de estabilidad en sus vidas. Dicha estabilidad tiene que ver con lo complementario en el otro, en términos de madurez emocional, prestigio social, estabilidad económica o simplemente, el deseo de quererse de una forma no convencional.


El futuro de este tipo de relaciones

¿Qué futuro puede tener una relación en donde las edades son muy distintas? ¿Pueden quererse realmente? Si nos basamos en las estadísticas de la mayoría de estudios, una relación de esta naturaleza no tiene porvenir. En las investigaciones se afirma que la probabilidad de alcanzar al menos dos años de duración, es inferior al 20%. Vale la pena aclarar que estos estudios son sesgados, pues obedecen a grupos minoritarios de culturas específicas y por tanto no se pueden generalizar. En estas mismas estadísticas, se afirma que las parejas que logran quererse profundamente y sobrepasar la barrera de los cinco años, tienen una alta probabilidad de continuar juntos por un tiempo prolongado. Por tanto, valerse de esta información para considerarla como un referente puede ser válido, pero hay que recordar que no es una ley. Lamentablemente, para estas parejas será más complicado aprender a sobrellevar y digerir el rechazo que generan en algunos sectores de la sociedad. Esa hostilidad se debe principalmente a los preconceptos, a los que en algunos casos ni siquiera escapa la misma familia de alguno de los integrantes de la pareja. Pero este aspecto más que debilitar la relación, puede fortalecerla, pues la dificultad alimenta el ahínco en muchas ocasiones.

Lo importante en toda relación de pareja

Cuando se enamoran dos personas, da lo mismo la edad que tengan o su origen. Lo verdaderamente importante es el amor que se tengan. Lo que cuenta es el respeto mutuo, la confianza, la buena comunicación, la empatía con el otro, la sinceridad, saber compartir y que cada uno se sienta bien con su pareja y su estilo de vida. En cualquier tipo de relación, los dos deben poner de su parte, para que esta funcione. Y si bien es cierto que en muchos casos es necesario hacer concesiones, la libertad individual jamás se debe perder. No es buena política intentar modificar algún aspecto de la personalidad del otro. Al final, lo que importa es cómo de bien se siente el uno con el otro en este tipo de relaciones. Si en verdad logran quererse y aceptarse como son, lo lograrán. Lo demás pasa a un plano secundario. En este sentido, es la pareja quien determina el grado de comprensión y felicidad que desea alcanzar, qué nivel de madurez e independencia tienen y cuánto apoyo mutuo se brindan.

No se puede desconocer que las ventajas de quererse, con o sin diferencia de edad, son muchas. El concepto de “madurez” tiene mucho de mito. A cada uno de nosotros nos habita un niño y un anciano, desde que nacemos. Más que la edad, lo que le da sustento al amor es la comprensión y la capacidad para complementarse. Si los dos miembros de la pareja son diferentes, pueden aprender mucho el uno del otro.

Fuente: Psic. Gema Sánchez Cuevas Fotos: Internet

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