Descubre los secretos del té de anís: desde aliviar la digestión hasta combatir el estrés. Prepáralo con nuestra receta única y disfruta de sus beneficios.
En el fascinante universo de las infusiones, el té de anís destaca como una joya culinaria con propiedades tanto gastronómicas como medicinales. En esta nota, nos adentramos en los beneficios que esta aromática bebida aporta a la salud y la calidad de vida. Desde sus virtudes digestivas hasta su capacidad para aliviar el estrés, el anís se levanta como un aliado multifacético en el bienestar cotidiano.
¿Qué enfermedades alivia el anís?
Primero y ante todo, el anís ha sido aclamado por sus propiedades digestivas. ¿Problemas con la digestión? Una taza de té de anís después de la comida puede ayudarte a aliviar molestias estomacales y reducir la hinchazón. ¿Estás lidiando con el estrés y la ansiedad? El té de anís tiene propiedades relajantes que pueden calmar esos nervios inquietos. Además, es conocido por aliviar problemas respiratorios, como la tos y la congestión.
¿Cuándo tomar infusión de anís?
Ahora que conoces los beneficios, la siguiente pregunta es, ¿cuándo es el momento perfecto para preparar esta infusión? La respuesta es sencilla: en cualquier momento del día. Ya sea que necesites un shot matutino para despertar tus sentidos o una bebida relajante antes de dormir, el té de anís se adapta a todas las situaciones.
¿Qué contraindicaciones tiene el té de anís?
En este caso, el anís puede no ser la mejor opción para personas con alergias a las plantas de la familia Apiaceae, que incluye zanahorias, apio e hinojo. También es recomendable tener precaución si estás embarazada, ya que el anís puede tener efectos estimulantes uterinos.
¿Cómo prepara infusión de anís?
Ingredientes:
1 a 2 cucharaditas de semillas de anís
Agua
Procedimiento:
Calienta el agua en una olla o tetera hasta que comience a hervir. Luego, retira del fuego y deja reposar durante un minuto para que alcance la temperatura ideal.
Coloca las semillas de anís en tu infusor de té o directamente en la taza. Este paso permite que los aceites esenciales se liberen gradualmente durante la infusión.
Vierte el agua caliente sobre las semillas de anís. Asegúrate de cubrirlas completamente para extraer todos los beneficios y sabores.
Deja reposar las semillas en el agua caliente durante aproximadamente 5 a 10 minutos. Esto permite que los sabores se desarrollen sin volverse demasiado intensos.
Si has usado semillas sueltas, utiliza un colador o infusor para retirarlas de la infusión.
¡Tu infusión de anís está lista para ser disfrutada! Tómate un momento, sumérgete en los aromas y sabores.
Fuente: Salud 360º Fotos: Internet
